Los Borgia en la ficción

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Portada de la serie dirigida por Neil Jordan

Como ya mencioné en las primeras entradas en las que introduje los aspectos más importantes sobre la protagonista de este blog, la imagen que el gran público tiene sobre Lucrecia de Borgia y sobre su familia en general, está marcada por las obras de ficción que se han realizado a lo largo de los años. Estas obras, tanto literarias como filmográficas,  han reproducido los aspectos expuestos por la leyenda negra, que comenzó a fraguarse durante el papado de Alejandro VI. Las intrigas que se recogen en dicha leyenda constituyen un elemento muy jugoso para atraer a la gente. Por este mismo motivo se han mostrado, prácticamente sin ningún tipo de contraste histórico, todos aquellos aspectos  controvertidos y poco morales que se afirman en la leyenda negra.

A continuación realizaré una leve mención a alguna de las obras realizadas en distintos formatos sobre Lucrecia y sobre la familia Borgia:

  • EN LA LITERATURA:

Lucrecia Borgia de Víctor Hugo.

Los Borgia (1839) de Alejandro Dumas. Es una de las novelas históricas que                                  componen su obra Crimenes Célebres.

Los Borgia de Mario Puzo (2001)

Lucrecia Borgia: ángel o demonio (2004), escrito por Geneviève Chastenet. Por el                        contrario, esta obra junto con la de Geneviève Chauvel titulada Lucrecia Borgia: La                     hija del Papa, intentan demostrar la falsedad de algunas de las historias que cuenta la              leyenda negra y tienen el objetivo de eliminar la imagen de mujer perversa que                        sobre ella se había construido y mostrarla como una joven inocente víctima de las                  políticas de su padre.

  • EN LA ÓPERA:

Lucrezia Borgia de Donizetti, estrenada en Milan en 1834 basada en la novela de                        Víctor Hugo.

  • EN EL CINE:

Lucrèce Borgia (1940), película francesa.

La máscara de los Borgia (1949)

Los Borgia (2006), película española dirigida por Antonio Hernández.

Aquí os dejo el trailer :

  • EN TELEVISIÓN:

The Borgias (2010), serie dirigida por Neil Jordan

Borgia (2011), serie creada por Tom Fontana y dirigida por Oliver Hirschbiegel

  • EN CÓMICS:

Los Borgia (2006), con Alejandro Jodorowsky, como guionista, y Milo Manara, como                 dibujante.

  • EN VIDEOJUEGOS:
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Imagen del personje de Lucrecia de Borgia en el videojuego Assassin’s Creed.

     –Assassin’s Creed 2 (2009) En este juego                      aparece el Papa Alejandro VI como villano              principal. En posteriores entregas del                      juego también aparecieron personajes de                la familia como Cesar, Lucrecia y Juan                      Borgia.

Centrándonos en el mundo del cine y la televisión, podemos observar lo recurrente que resulta esta familia para realizar series o películas. Personalmente lo explico en que con ella se puede poner en pantalla algunos de los aspectos más demandados por el gran público: sexo, muerte, misterios e «inmoralidades´´.

Además de los puntuales errores históricos en los que se pueda caer, uno que resulta general a la práctica totalidad de las películas o series históricas que se realizan es el que se puede denominar como anacronismos psicológicos. Es decir, los personajes se comportan y hablan con comportamientos y expresiones que no se utilizaban en la época. Resulta casi impensable que se realice alguna película fidedigna en este aspecto puesto que no tendría audiencia ninguna, el público no entendería la mayor parte de las cosas.

Y por último, quizás estoy pidiendo demasiado al señalar, con un poco de humor, que sería mucho más real si los papeles de personajes que eran latinos procedentes del reino de Aragón no los realizaran anglosajones rubios y de piel blanco papel.

WEBGRAFÍA:

La leyenda negra

 

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Cuadro «Un vaso de vino con Cesar Borgia´´ de John Collie

Si por algo ha pasado a la historia la familia Borgia es por las numerosas intrigas y rumores que sobre ella se han contado. Historias de asesinatos, lujuria, endogamia, gula y excesos en definitiva. Todo esto da lugar a una leyenda negra que se ha construido en torno a la que  quizás sea la familia mas conocida de un Papa.

A la forja de esta leyenda y a su difusión popular contribuyó especialmente la obra de Víctor Hugo, «Lucrèce Borgia´´. En ella presenta a una Lucrecia lujuriosa, adultera, envenenadora; es decir, autora de todos los crímenes e inmoralidades de la que se la había acusado. Se amplió mucho más su conocimiento por el gran público con la traslación a la ópera de dicha obra con «Lucrezia Borgia´´ de Gaetono Donozetti.

Hablamos de leyenda puesto que dichos hechos no se han podido demostrar. Si diéramos por valido todo lo que nos cuentan las fuentes primarias, sin someterlas a un análisis histórico y sin tener en cuenta el contexto en el que se realizan, no hablaríamos de leyenda. Pero hay que tener en cuenta que existían muchos intereses enfrentados. En esta época tenían lugar muchas luchas de poder y habían personas a las que les convenía difundir una mala imagen del Papa y de su familia.

Evidentemente Víctor Hugo no sacó de la nada esas historias para realizar su obra. Existieron personas contemporáneas a los hechos que comenzaron a difundir esas historias y que dejaron constancia de ellas por escrito. Posiblemente el documento que más daño hizo a la imagen de la familia fue la Carta a Silvio Savelli, de autoría anónima. Fue encontrada en Tarento  y acusaba a los Borgia de todos los crímenes imaginables: incesto, apuñalamientos, envenenamiento, etc. La carta comparaba a los Borgia con los mismísimos Calígula o Nerón, afirmando que César secuestraba mujeres en sus campañas militares para crear su propio harén a la vez que, paradójicamente, mantenía relaciones homosexuales con  Astorre Manfredi, uno de sus capitanes. También explica como durante los festejos de la boda de Lucrecia y Alfonso de Aragón, se produjo una inenarrable orgía, consistente en una cincuentena de cortesanas desnudas, que debían recoger unas castañas de oro esparcidas por el suelo, de tal forma que los hombres presentes debían tener relaciones con cuantas más mujeres mejor, ganando la competición aquél que consiguiera hacerlo con más mujeres.

El personaje coetáneo que más contribuyó fue Johann Burkhardt, maestro de ceremonias del Vaticano y canciller papal. En su Liber Notarum aparecen descritos algunos de estos sucesos. Pero no fue el único, por ejemplo sobre los festejos de la boda de Lucrecia con Giovanni Sforza, el historiador humanista Stefano Infessura en su «Diario della Cittá di Roma´´ decía lo siguiente:

» Para celebrar la boda, hubo festivales y orgías dignas de madame Lucrecia. Hubo bailes y celebraciones, una auténtica comedia mundana y mucho comportamiento escandaloso. El papa, en particular, se divirtió mucho arrojando confeti en los corpiños de los vestidos de las señoras. Al caer la noche , su santidad, el cardenal César Borgia, el duque Juan de Gandía, algunos cortesanos y algunas nobles damas se sentaron a cenar. Aparecieron bufones y bailarines de ambos sexos , que hicieron representaciones obscenas para diversión de los invitados. Hacia el amanecer Alejandro VI condujo a la joven pareja a la cámara nupcial . En la esplendida cama sin cortinas ocurrieron escenas tan repugnantes y espantosas que no hay lenguaje para describirlas. El papa desempeñó hacia su hija el papel de matrona; Lucrecia, esa Mesalina que había sido introducida en el más repugnante libertinaje , en esta ocasión hizo el papel de una joven inocente , con el fin de prolongar la obscenidad de la comedia; y el matrimonio se consumó en presencia de la familia del papa»

Otros autores posteriores como Tommaso Tommasi, Friedrich M. Klinger e incluso Voltaire ayudaron a consolidar esta imagen de la familia.

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Banquete de las castañas, escena de la serie Los Borgia

Como ya he mencionado, nos puede hacer dudar de estas historias el hecho de que existieran luchas ideológicas e intereses políticos enfrentados que chocaban contra los Borgia y que hacía posible que surgieran difamaciones. La leyenda negra se inició precisamente con un suceso en el que tiene cierto protagonismo esa lucha de intereses políticos y estratégicos de los que hablaba. Me refiero a la anulación del primer matrimonio de Lucrecia. Giovanni, disgustado por lo ocurrido, lanzó un primer ataque difundiendo que el Papa le había arrebatado a su esposa para poder disfrutarla él mismo, señalando con esas palabras un supuesto incesto.

Que unos meses después Lucrecia diera a luz mientras se encontraba en un convento tampoco ayudaría a mejorar su imagen. Hay muchas hipótesis de quién pudo ser el padre, las que apuntan que fue Alejandro VI o su hermano Cesar, pero la más probable es que fuera un joven aragonés llamado Pedro Calderón que servía de mensajero entre el Papa y Lucrecia. Se perdió su rastro en la historia y se piensa que Cesar mandó su asesinato. Lo cierto es que el pueblo dio pábulo a la hipótesis de que el niño fue fruto de la relación incestuosa de Lucrecia y Cesar. Para ellos Lucrecia se había convertido en motivo de rumores y risas, se había consolidado su imagen de lujuriosa y se dice que fueron motivo de burla las ocasiones en las que se le realizó el examen para comprobar su virginidad.

Pero, aunque muchas de las historias que se cuentan sean ciertas; lo que pienso que hay que tener en cuenta ante todo es que Lucrecia, más que una perversa inmoral, fue una victima, una herramienta de su padre para conseguir sus propósitos. No solo pudo ser utilizada mediante los enlaces matrimoniales. Incluso se dice que su padre prometió los favores de su hija, que por entonces tenía doce años, a un anciano cardenal , Gerardi de Venecia, a cambio de su voto para ser nombrado Papa, pero no hay ninguna prueba de ello.

En los últimos años se ha producido una corriente revisionista que muestra otra cara de la historia.  Autores como Joan Francesc Mira,  Ivan Cloulas, José Catalán Deus o  Miquel Batllori -considerado como el mayor experto mundial en los Borgia- han contribuido a mostrarnos una imagen diferente del clan, con todos sus defectos como humanos, pero también desmitificando en grado sumo los bulos, rumores e infamias propagados a lo largo de quinientos años. Aunque también se ha seguido cultivando la leyenda negra en algunos medios de difusión más populares como películas, videojuegos o series de televisión.

Es cierto que no podemos cometer el error de analizar la historia con los ojos de la sociedad actual, por ello no debemos escandalizarnos tanto al hablar de situaciones de lujuria, endogamia o asesinato en esta época. Documentándome sobre el tema he encontrado justificaciones de las conductas de Alejandro VI. Es cierto que muchas de ellas eran realizadas también por otros papas y no se ha llamado tanto la atención sobre el tema. El que los papas no siguieran el celibato era algo común en la época, todas esas normas no se consolidarían hasta el concilio de Trento. Por otro lado el asesinato era considerado como una acción política más, aunque, por mucho que intente meterme en la mentalidad de la época, sigo sin ver correcto que quien es representante de dios en la Tierra y predica la palabra de Jesucristo, mande asesinar a nadie y menos por motivos que nada tienen que ver con la religión.

 

BIBLIOGRAFÍA:

  • Gregorovius, Ferdinand. (1962). Lucrecia Borgia : según los documentos y correspondencias de su propio tiempo. Barcelona: Lorenzana

WEBGRAFÍA: